Claudia Sheinbaum, a más de dos meses de su elección, recibió este jueves la constancia que la acredita como presidenta electa de manos de las autoridades del Tribunal Electoral del Poder Judicial de México. Este paso es crucial antes de la toma de posesión el 1 de octubre, cuando se convertirá en la primera presidenta de México para el periodo 2024-2030.
Tras recibir la constancia del voto mayoritario, Sheinbaum destacó la jornada electoral como «pacífica, democrática y libre». Enfatizó su compromiso de continuar y avanzar en el proyecto político iniciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2018, asegurando que gobernará de manera justa y sin permitir el regreso de la corrupción o los privilegios.
En cuanto a su política de seguridad, Sheinbaum destacó que seguirá la línea del gobierno saliente, enfocándose en atacar las causas de la violencia y combatir la impunidad, prometiendo una estrategia para construir la paz sin recurrir a la guerra contra el narcotráfico.
Durante el mandato de López Obrador, las fuerzas armadas desempeñaron un papel importante en la seguridad pública, a pesar de las críticas de grupos humanitarios que abogaban por fortalecer la fuerza policial en lugar de enfrentar directamente a los cárteles del narcotráfico, como lo hizo el expresidente Felipe Calderón.
La titular del Tribunal Electoral, Mónica Soto, celebró como un hito para México la llegada de una mujer a la presidencia. Sin embargo, deploró las muertes y la violencia registradas durante el proceso electoral, subrayando que la polarización y el odio dañan la democracia y las libertades.
Antes del evento oficial, se vivieron momentos de tensión entre los seguidores de Scheinbaum y la oposición afuera del Tribunal Electoral en la capital mexicana. Las autoridades electorales tardaron en emitir el acta debido a acciones impugnatorias que fueron rechazadas, confirmando la victoria de Sheinbaum con 35,9 millones de votos, lo que representa el 59,76% de los votos emitidos, según el Tribunal Electoral.
Scheinbaum venció a su rival más cercano, la senadora Xóchitl Gálvez, por más de 30 puntos porcentuales. Gálvez impugnó el proceso con acusaciones de que López Obrador interfirió en las elecciones y utilizó recursos públicos para beneficiar a Sheinbaum, acusaciones que fueron rechazadas por las autoridades electorales.