Dos atentados perpetrados por terroristas suicidas han golpeado este viernes, día de la oración, dos mezquitas de Pakistán separadas casi por 900 kilómetros de distancia. En un balance aún provisional y mientras continúan los trabajos de emergencia y atención de los heridos, al menos 57 personas han perdido la vida en los dos ataques, la mayoría en el que ha sacudido un templo de la ciudad de Mastung, en la provincia de Baluchistán, en el sur del país. El segundo atentado se ha producido en la localidad de Hangu, en Jaiber Pastunjuá. Estas dos provincias, que hacen frontera con Afganistán, son objetivo reciente del terrorismo de grupos integristas. Por el momento, ninguna organización armada ha asumido la autoría, en medio de un incremento de la violencia en el oeste del país, lo que aumenta los riesgos para la seguridad antes de las elecciones previstas para enero.
En el primero de los ataques, en Mastung, al menos 52 personas han muerto y 58 han resultado heridas —algunas, de gravedad— por el explosivo detonado por un terrorista suicida contra un centro religioso en el que se celebraba una reunión para conmemorar el aniversario del nacimiento del profeta Mahoma, según han informado fuentes médicas y de la policía.
“El atacante detonó [su carga explosiva] cerca del vehículo del vicejefe de la policía [Nauaz Gishkori]”, ha señalado el inspector general adjunto de la policía, Munir Ahmed. La explosión se ha producido cerca de la mezquita donde se había reunido muchos fieles para conmemorar la festividad. El grupo armado Tehrik-e Taliban Pakistán, autor de algunos de los peores atentados en el país desde su nacimiento en 2007 y que reúne bajo su paraguas a varias organizaciones yihadistas, ha negado que sea el responsable.
El ministro de Información del gobierno provincial, Jan Achakzai, ha indicado que los heridos en estado grave están siendo trasladados a la ciudad de Quetta. “El enemigo quiere destruir la tolerancia religiosa y la paz en Baluchistán, con la bendición desde el extranjero”, ha denunciado. El ministro del Interior, Sarfraz Bugti, ha calificado la explosión como “ un acto atroz”.
Esta es la segunda explosión que se produce en Mastung este mes. El pasado 14 de septiembre, 11 personas, entre ellos el líder del partido religioso Jamiat Ulema Islam (JUI), Hafiz Hamdullah, resultaron heridas a causa de otro ataque con bomba cerca del vehículo en el que viajaban en la carretera Quetta-Karachi. Este formación política sufrió a finales del pasado julio un ataque suicida durante un mitin político, que dejó al menos 63 muertos y 120 heridos, y que fue reivindicado por el grupo yihadista Estado Islámico de Jorasan, una rama local del grupo terrorista.
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Poco después del atentado en Mastung, las autoridades paquistaníes informaron de otra explosión en una mezquita del país, en la ciudad de Hangu, en la provincia de Jaiber Pastunjuá, en el norte del país. Al menos cinco personas han muerto y otras 12 han resultado heridas, según las primeras informaciones. El estallido ha causado el derrumbe del techo del templo, en el que en ese momento se encontraban entre 30 o 40 personas. Este atentado tuvo lugar en una mezquita dentro de un complejo policial, a la hora del sermón, cuando se reúne el mayor número de fieles, según informó el medio paquistaní Geo TV.
El jefe policial de Hangu, Nisar Ahmed, ha manifestado que, en esta ocasión, fueron dos los terroristas que hicieron estallar sus explosivos, uno a las puertas de la mezquita y otro en su interior. Se está trabajando en el rescate de los fieles que quedaron atrapados entre los escombros, por lo que la cifra de muertos podría crecer.
Se desconoce por el momento si los dos ataques están relacionados entre sí. Pakistán experimentó un aumento de la violencia armada desde la llegada al poder de los talibanes afganos en Kabul en agosto de 2021, que reactivó los ataques de sus hermanos ideológicos paquistaníes, precisamente en las provincias fronterizas de Jaiber Pastunjuá y Baluchistán. Esta última provincia ha sido además escenario habitual de violencia, con la presencia de grupos armados, facciones talibanes y grupos yihadistas.
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