Yellowknife, una de las mayores ciudades en el norte del país, caerá presa de las llamas en horas. Decenas de personas intentan escapar pero las rutas están congestionadas y los aviones repletos.
Los aproximadamente 20.000 habitantes de Yellowknife, una de las principales ciudades del norte extremo de Canadá, se embarcan este viernes en una carrera contrarreloj para evacuar sus hogares, amenazados por un gran incendio forestal.
Las autoridades de la región, que emitieron la orden de evacuación el miércoles por la noche y dieron a los residentes hasta el mediodía del viernes (3 de la tarde hora argentina) para salir, estiman que alrededor de 1.500 residentes ya abandonaron la zona por vía aérea, mientras que otros cientos huyeron utilizando la única ruta que conecta las comunidades del norte con Alberta, provincia vecina localizada al sur.
El viernes se dispuso el doble de vuelos que el día anterior para permitir evacuar a los residentes del norte que aún permanecen allí.
Pero la ruta era este viernes una larga caravana de vehículos que avanzaba a paso de hombre alimentando el temor de las autoridades de que el fuego corte la carretera antes de que todos logren pasar.
En los aeropuertos, había colas de tres horas para abordar un avión y cientos de pasajeros fueron rechazados porque los vuelos están repletos.
Las autoridades, sin embargo, tranquilizaron a la población el jueves por la noche, diciendo en rueda de prensa que los vuelos continuarían más allá de la fecha límite anunciada.
«Seguiremos adelante hasta que podamos sacar a todos de Yellowknife«, dijo Jennifer Young, de los Servicios de Emergencia de los Territorios del Noroeste.
Un territorio remoto
Esta evacuación masiva en un territorio tan remoto es «particularmente difícil», explicó a principios de semana Mike Westwick, del departamento de bomberos regional.
El centro de evacuación más cercano a Yellowknife está a 1.150 kilómetros en Alberta, donde fueron construidos varios centros de acogida.
El fuego, ubicado a unos 15 kilómetros del área urbana de Yellowknife, podría llegar a la ciudad entre el viernes a la noche y el fin de semana, advirtieron las autoridades, sobre todo porque los vientos no favorecerían la labor de los bomberos.
«Estoy realmente ansiosa y asustada, estoy sensible», dijo Angela Canning a Associated Press después de llenar con sus pertenencias su casa rodante, junto a sus dos perros.
«No sé a qué voy a volver a casa o si voy a volver a casa. Hay tantas incógnitas», lamentó.
AFP y AP