El Banco Central de Brasil (BCB)finalmente cedió este miércoles a las presiones del gobierno de Lula da Silva y redujo la tasa básica de intereses del país en 0,50 puntos porcentuales, hasta el 13,25% anual, la primera disminución de los tipos en casi tres años, desde septiembre de 2020, e inicio de un ciclo de “flexibilización”.
Tras un año sin variaciones, el Comité de Política Monetaria (Copom) de la entidad evaluó que “la mejora del cuadro inflacionario” hasta un 3,1% generó la “confianza necesaria para iniciar un ciclo gradual de flexibilización monetaria”, según informó el BCB en un comunicado al finalizar una nueva reunión.
El gobierno de Lula ha venido insistiendo desde que asumió en enero en la necesidad de un recorte de tasas que abarate el crédito, para fomentar el consumo y la inversión. Y marcaba el contraste de una inflación baja (3,1%) contra tasas altísimas, que frenaban el crecimiento.
Horas antes de que el Central informara su fallo, el mandatario había vuelto a arremeter contra el presidente del Central, el economista Roberto Campos Neto, a quien repudia por no haber reducido antes los tipos de interés.
Durante una entrevista con corresponsales extranjeros, dijo que “sinceramente” no sabe a quién “está sirviendo” Campos Neto.
“Este tipo del Banco Central (por el presidente), no sé qué entiende, pero me parece que no entiende a Brasil y no entiende a la gente. Entonces hay una lógica, no sé a quién le está sirviendo, no lo sé, sinceramente, no lo sé. No es por los intereses de Brasil”, declaró Lula antes de conocerse el recorte de los tipos.
“Estoy esperando (que baje la tasa), más que esperar. Tendría que haber tomado (esta medida) hace tres reuniones porque no hay una explicación”, dijo.
Lula defendió que Brasil “seguirá creciendo” incluso con tasas de interés superiores a las esperadas por el gobierno. “Brasil hoy tiene una inflación que ha bajado y las tasas de interés han subido”. Reprochó entonces nuevamente la política de la entidad monetaria señalando que el país “tiene la tasa de interés real más alta del mundo sin ninguna explicación”.
Lula también destacó que Campos Neto solo puede dejar la presidencia del Banco cuando termine su mandato en 2024 o cuando el Senado lo destituya. La entidad está amparada por una ley que fija su independencia. “Seguiremos creciendo de todos modos. Esta será la agradable sorpresa. Por eso estoy tranquilo”, agregó.
Optimismo del gobierno
El Fondo Monetario Internacional (FMI), que respalda la política económica del gobierno, también defiende la cautela del Banco Central con los tipos de interés. El directorio concluyó la revisión de la economía del país, conocida como capítulo IV, pocos días después de que el FMI pronosticara un crecimiento del PIB de Brasil de 2,1% para este año, gracias sobre todo a una producción agrícola sólida en el primer trimestre de 2023.
“La inflación general ha disminuido rápidamente desde el máximo del año pasado” y se situará en 5,4% a finales de 2023, pero la “subyacente (sin precios de alimentos y energía) sigue siendo elevada”, advierte el Fondo. Es por eso que considera como “adecuada” la posición del Banco Central de Campos Neto y pide “una política monetaria continua con visión de futuro y que dependa de los datos”.
Insistió asimismo en la importancia de “un régimen de tipo de cambio flexible y reservas de divisas adecuadas” como amortiguadores de cara al futuro.
Otro dato positivo es que el superávit comercial del gigante sudamericano saltó en julio un 68,7% contra el mismo mes de 2022, favorecido por la fuerte caída de las importaciones.
Mientras que las exportaciones bajaron un 2,6% en la comparación interanual, hasta 29.062,4 millones de dólares en julio, las importaciones se desplomaron un 18,2%, hasta 20.027,1 millones de dólares, según los datos divulgados por el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio.
El superávit acumulado por Brasil en los siete primeros meses del año alcanzó el récord de 54.100 millones de dólares, valor un 36,6% superior al registrado entre enero y julio de 2022.
En los siete primeros meses del año las exportaciones avanzaron un ligero 0,4%, hasta 194.742,3 millones de dólares, mientras que las importaciones se redujeron un 8,9%, hasta 140.642,3 millones de dólares.
El gobierno prevé para este año un superávit de 84.700 millones de dólares, lo que supondría un incremento interanual del 37,7%. El alza de las exportaciones desde enero fue impulsada por la agricultura, cuyas ventas subieron un 6,1%, hasta 49.900 millones de dólares.
Fuente: agencias